Jugaré como abuela. Ella es una anciana spry con un ojo agudo y reflejos rápidos, perfecta para vigilar a ese travieso prisionero.
Diario de la abuela: el gran intento de escape
¡Oh, qué día ha sido! Ese molesto prisionero pensó que podía burlarme de mí, pero no sabía con quién estaba tratando. Déjame decirte cómo pasó todo.
Estaba en la cocina, horneando mi famoso pastel de manzana, cuando escuché un ruido sospechoso de la sala de estar. Puse mi rodillo y me puse de puntillas, mis zapatillas en silencio en el piso de madera. ¡Efectivamente, allí estaba, tratando de escabullirse por la ventana!
"¡Sostenlo allí mismo, joven!" Bramé, mi voz resonaba en la casa. Se congeló, una pierna ya por la ventana. Agarré mi confianza de confianza y marché. "¿Crees que puedes escapar de la casa de la abuela? ¡No en mi reloj!"
Intentó correr por ello, pero yo era demasiado rápido. Gané sus pies de debajo de él con un rápido movimiento de escoba que aprendí en el pasado. Abajo fue, directamente a la alfombra. Me paré sobre él, con las manos en las caderas, sacudiendo la cabeza.
"Ahora, ahora, no vas a ir a ninguna parte. Es hora de tu castigo, y no, no es lo que piensas. ¡Me estás ayudando a terminar ese pastel!"
Pasamos el resto de la tarde en la cocina. Lo vigilé de cerca mientras peleaba manzanas y extendía la masa. Cuando el pastel estaba en el horno, estaba demasiado cansado para pensar en escapar.
Mientras nos sentamos para disfrutar de nuestro postre ganado, no pude evitar sonreír. "Ya ves, querida, no hay que escapar de la casa de la abuela. Pero si te comportas, podrías obtener un poco de pastel".
Y ese, mi querido diario, es cómo la abuela salvó el día, y el prisionero se quedó, al menos por ahora.
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